Un pasado prehistórico:
La cica, también conocida como palma sago o sagú, no es una palmera en realidad. Pertenece a una familia de plantas mucho más antiguo, las cicadáceas, que datan de la era de los dinosaurios.
De hecho, su apariencia ha cambiado muy poco en los últimos millones de años, lo que les ha valido el apodo de «fósiles vivientes».
Elegancia exótica:
A pesar de su pasado prehistórico, la cica es una planta de gran belleza que aporta un toque de exotismo a cualquier hogar. Sus hojas pinnadas, de un verde intenso y brillante, emergen en forma de roseta desde un tronco corto y robusto.
Con el tiempo, la cica puede alcanzar alturas considerables, convirtiéndose en un elemento focal imponente en el interior o en el exterior.
Cuidados básicos de la palmera cica:
La cica es una planta relativamente poco exigente en cuanto a cuidados. Prefiere un lugar con luz indirecta brillante y un suelo bien drenado. El riego debe ser moderado, dejando que la tierra se seque entre riegos. Es importante evitar el encharcamiento, ya que las raíces de la cica son propensas a la pudrición.
Luz:
- La cica necesita luz indirecta brillante para prosperar.
- Un lugar cerca de una ventana con orientación este u oeste es ideal.
- Evita la luz solar directa, especialmente durante las horas centrales del día, ya que puede quemar las hojas.
Riego:
- La cica es tolerante a la sequía y prefiere un suelo bien drenado.
- Riega solo cuando la tierra esté seca al tacto.
- En general, un riego profundo cada 10-15 días en verano y cada 4-6 semanas en invierno debería ser suficiente.
- El exceso de riego es la principal causa de muerte de la cica, así que es mejor pecar de menos que de más.
Humedad:
- La cica no requiere humedad ambiental alta.
- Sin embargo, si el ambiente es muy seco, puedes aumentar la humedad alrededor de la planta colocando un plato con guijarros húmedos debajo de la maceta.
Temperatura:
- La cica prefiere temperaturas cálidas, entre 18 y 27°C.
- Puede tolerar temperaturas más frías por períodos cortos, pero no debe exponerse a heladas.
- Si vives en un clima con inviernos fríos, es mejor mover la cica a un lugar protegido durante el invierno.
Fertilización:
- Fertiliza la cica con un fertilizante líquido diluido a la mitad de su fuerza cada 2-3 meses durante la primavera y el verano.
- Evita fertilizar en otoño e invierno, cuando la planta está en reposo.
Trasplante:
- La cica no necesita ser trasplantada con frecuencia.
- Un trasplante cada 3-5 años suele ser suficiente.
- Trasplantar a una maceta un poco más grande que la anterior con un sustrato fresco y bien drenado.
Poda:
- La cica no requiere poda regular.
- Puedes eliminar las hojas secas o dañadas en cualquier momento.
- Si deseas darle forma a la planta, puedes podar las hojas exteriores con cuidado en primavera o verano.
Plagas y enfermedades:
- La cica es relativamente resistente a plagas y enfermedades.
- Sin embargo, puede ser susceptible a cochinillas, pulgones y hongos.
- Si observas alguna plaga o enfermedad, trata la planta con un insecticida o fungicida adecuado.
Consejos adicionales:
- La cica es una planta de crecimiento lento, así que no te desanimes si no ves resultados inmediatos.
- Disfruta de la belleza y la historia única de esta planta fascinante.
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Toxicidad:
Es importante tener en cuenta que todas las partes de la cica son tóxicas para humanos y animales, especialmente las semillas. Se debe tener cuidado de no ingerir ninguna parte de la planta y mantenerla fuera del alcance de niños y mascotas.
Una planta para espacios especiales:
La cica es una planta única y fascinante que puede agregar un toque de historia natural a cualquier espacio. Con sus cuidados adecuados, puede prosperar durante muchos años, convirtiéndose en una pieza preciada en tu hogar.